En esta guía te vas a llevar algo bien concreto: cómo medir tu mesa y tu comedor para elegir sillas de comedor cómodas de verdad. Porque una silla puede verse espectacular, pero si queda alta, si el asiento es muy profundo o si no te entra bien debajo de la mesa, la incomodidad aparece en la primera sobremesa.
La idea es que, con un metro y 5 minutos, puedas definir las medidas correctas y después elegir el modelo que más te guste con tranquilidad.
En la mayoría de los comedores, la altura del asiento funciona bien entre 45 y 50 cm. Lo más importante es que te quede cómoda con tu mesa y que puedas apoyar bien los pies en el piso.
Como referencia práctica, suele resultar cómodo que haya entre 27 y 30 cm entre el asiento y la tapa de la mesa. Eso te da buen espacio para piernas y postura natural.
En ese caso tenés que medir la altura libre real para las rodillas. A veces la mesa parece alta, pero el faldón reduce el espacio y la silla termina quedando incómoda al arrimarte.
Un rango habitual cómodo es de 40 a 45 cm. Si es más profundo puede presionar detrás de la rodilla y si es muy corto puede sentirse sin apoyo.
Como regla general, calculá 60 cm de ancho de mesa por comensal. Si las sillas son anchas o tienen apoyabrazos, conviene subir a 65 o 70 cm.
Lo ideal es que la silla pueda correrse sin bloquear el paso. Si hay circulación frecuente detrás, conviene dejar un margen más generoso que solo el mínimo para sentarse y levantarse.
Además de la altura del asiento, mirá la altura libre de la mesa y la forma de la silla. Si la mesa tiene faldón, también puede chocar la parte superior de las piernas aunque “parezca” que entra.
Para estar mucho tiempo sentado, suele convenir un respaldo que acompañe bien la zona media de la espalda y permita una postura relajada, sin empujar el cuerpo hacia adelante.
Suma comodidad, pero exige más espacio. Tenés que verificar que el apoyabrazos no choque con la mesa al arrimarte y considerar que suelen ocupar más ancho, así que entran menos sillas.
Antes de mirar estilos, telas o colores, hay seis medidas que te conviene revisar. Son las que determinan si te sentás bien, si entrás cómodo con las piernas y si el comedor se usa sin andar corriendo cosas todo el tiempo.
La altura del asiento es la medida más importante. En la mayoría de los comedores funciona muy bien un asiento de 45 a 50 cm, pero lo clave es cómo se lleva con la altura de tu mesa.
Una regla práctica es esta: la diferencia entre la tapa de la mesa y el asiento suele quedar cómoda cuando está en un rango de 27 a 30 cm. Si la mesa es de altura estándar, normalmente vas a caer dentro de esos valores sin problemas. Si la silla queda demasiado alta, te suben los hombros y la postura se vuelve tensa. Si queda demasiado baja, sentís que te hundís y que las rodillas quedan raras.
Más allá de la altura del asiento en sí, lo que realmente importa es el espacio que queda para las piernas. Lo ideal es que puedas cruzar y mover las piernas sin tocar nada, y que al acercarte a la mesa no quedes “encajonado”.
Acá hay un detalle que muchos se olvidan: si tu mesa tiene faldón, travesaños o refuerzos por debajo de la tapa, el espacio real para las rodillas puede ser menor aunque la mesa parezca alta. Por eso siempre conviene medir la altura libre bajo la mesa en el lugar donde se sientan las piernas.
La profundidad del asiento define si te sentís sostenido o si te queda incómodo en las piernas. Como referencia general, una profundidad de 40 a 45 cm suele funcionar muy bien para uso diario.
¿En qué se nota cuando está mal? Si el asiento es muy profundo, te obliga a sentarte muy atrás y te presiona la parte de atrás de la rodilla. Si es muy corto, sentís que te falta apoyo y terminás acomodándote cada rato.
El ancho del asiento afecta dos cosas: la comodidad personal y cuántas sillas te entran en la mesa.
Como base, muchos modelos se mueven entre 42 y 48 cm de ancho. En sillas tapizadas, el volumen visual y el “relleno” hacen que a veces se sientan más grandes, así que conviene contemplar algunos centímetros extra cuando estás justo de espacio.
El respaldo define cuánto tiempo se puede estar sentado sin cansarse. Un respaldo cómodo acompaña la espalda y no te empuja hacia adelante.
Si el comedor se usa mucho para sobremesas largas o también como escritorio, es buena idea priorizar un respaldo que sostenga bien la zona media de la espalda. La altura exacta puede variar, pero lo importante es la sensación: que la espalda esté contenida y que la postura salga natural.
Los apoyabrazos pueden ser comodísimos, pero también son la causa número uno de “no entra bien bajo la mesa”.
Si estás pensando en una silla con apoyabrazos, el punto crítico es que el apoyabrazos quede por debajo de la tapa de la mesa, o que al menos no choque cuando querés arrimarte. También ocupan más ancho, así que reducen la cantidad de sillas posibles en una misma mesa.
| Medida | Rango recomendado | Para qué sirve | Señal de que está mal | Tip rápido para medir en casa |
|---|---|---|---|---|
| Altura del asiento | 45 a 50 cm | Define postura y confort general con la mesa. | Rodillas incómodas, hombros tensos o sensación de “quedar bajo”. | Medí del piso a la parte superior del asiento (sin aplastar el tapizado). |
| Distancia asiento–tapa de mesa | 27 a 30 cm | Espacio para piernas y brazos al comer. | Te chocan las piernas o quedás muy abajo respecto de la mesa. | Restá: altura de mesa menos altura de asiento. |
| Altura libre para rodillas (bajo mesa) | Mínimo 62 a 67 cm (ideal mayor si hay faldón) | Evita golpes con faldón/travesaños y permite arrimarte bien. | Te cuesta arrimarte, chocás con el borde inferior o te sentás torcido. | Medí del piso al punto más bajo bajo la mesa (faldón/travesaño). |
| Profundidad del asiento | 40 a 45 cm | Apoyo de piernas sin presionar detrás de la rodilla. | Te corta la circulación (muy profundo) o sentís poco apoyo (muy corto). | Medí desde el borde delantero hasta donde apoya la espalda. |
| Ancho del asiento | 42 a 48 cm (más si es muy mullido) | Comodidad y cantidad de sillas que entran por lado. | Chocan codos o no entran las sillas que necesitás. | Medí de lado a lado en la parte más ancha (incluyendo tapizado). |
| Altura del respaldo | Medio a alto según uso (priorizar apoyo lumbar) | Sostén para sobremesas largas y postura relajada. | Sentís que te “empuja” hacia adelante o no te sostiene. | Sentate y verificá que acompañe la espalda (especialmente zona media). |
| Altura del apoyabrazos (si tiene) | Debe quedar por debajo de la tapa o no chocar al arrimar | Define si la silla entra bajo mesa y el espacio lateral. | No podés arrimar la silla o te quedás lejos de la mesa. | Medí del piso al punto más alto del apoyabrazos y compará con la mesa. |
Las medidas de la silla importan, pero el resultado final depende del espacio. Un comedor cómodo no es solo que la silla “entre”: es que se pueda usar, correr, pasar por detrás y sentarse sin pelearse con las patas de la mesa.
Como regla práctica, calculá alrededor de 60 cm de ancho de mesa por comensal. Eso suele permitir sentarse sin chocar codos y moverse con comodidad.
Si las sillas son anchas, si tienen apoyabrazos o si el uso es más “formal” (platos grandes, manteles, apoyos), a veces conviene ir a 65 o 70 cm por persona para que todo respire mejor.
Además del espacio por persona, pensá en el ancho real de cada silla y en el margen que te queda para moverla.
En mesas donde se sientan varias personas del mismo lado, es común que el problema no sea la mesa sino las sillas: si son muy anchas o si la base es voluminosa, te obliga a separarlas y termina quedando incómodo.
Este punto es clave, sobre todo en comedores chicos.
Si detrás de la silla hay pared, aparador o paso, necesitás que la silla pueda correrse sin bloquear el lugar. Cuando el paso queda justo, el comedor se vuelve “difícil” en el día a día: todo el mundo pasa de costado, se chocan, se mueve la mesa, se marca el piso.
Más allá de números exactos, pensalo así: tiene que haber un mínimo para que la silla se corra y la persona se pare, y si además hay circulación, necesitás un extra para caminar cómodo.
Ojo con patas, travesaños y estructuras
Hay mesas en las que la tapa es grande pero las patas o los travesaños están ubicados de forma que molestan.
Esto afecta muchísimo la experiencia: si al sentarte chocás con la pata o no podés meter bien las piernas, vas a terminar sentándote torcido. Por eso, además de medir altura, conviene mirar el “mapa” de obstáculos debajo de la mesa.
| Situación | Mínimo | Cómodo | Ideal | Para qué sirve |
|---|---|---|---|---|
| Ancho de mesa por persona | 55 a 60 cm | 60 a 65 cm | 65 a 70 cm | Evita choque de codos y permite usar platos, fuentes y apoyos con comodidad. |
| Separación lateral entre sillas (cuando se sientan del mismo lado) | 2 a 5 cm | 5 a 10 cm | 10 a 15 cm | Deja margen para moverse y acomodarse sin golpear la silla de al lado. |
| Espacio detrás de la silla (para sentarse y levantarse) | 70 cm | 80 a 90 cm | 90 a 100 cm | Permite correr la silla y pararse sin quedar trabado, incluso con sillas voluminosas. |
| Espacio detrás de la silla (si hay paso frecuente) | 90 cm | 100 a 110 cm | 110 a 120 cm | Facilita circular por detrás mientras alguien está sentado, sin roces ni maniobras. |
| Espacio total “mesa a pared” (mesa pegada a pared del lado de uso) | 110 a 120 cm | 120 a 140 cm | 140 a 160 cm | Incluye mesa + silla + margen para correrse; evita que el comedor quede incómodo en el día a día. |
| Espacio total “mesa a mueble” (si hay aparador / modular detrás) | 120 a 130 cm | 130 a 150 cm | 150 a 170 cm | Evita golpes con el mueble y deja margen para abrir puertas/cajones y circular. |
| Sillas con apoyabrazos (margen extra por persona) | +5 cm | +10 cm | +15 cm | Compensa el ancho adicional del apoyabrazos para que no se sientan apretadas y entren bien. |
Si querés ir a lo práctico, seguí estos pasos y vas a tener claridad rápida.
Checklist final antes de decidir: Revisá que la silla:
- tenga altura compatible con la mesa
- te deje espacio cómodo para piernas
- no choque con patas o travesaños
- pueda correrse sin bloquear el paso
- tenga el respaldo que te resulte cómodo para el tiempo de uso
Esto pasa cuando no se calcula el espacio detrás de la silla. Aunque la silla entre bajo la mesa, necesitás lugar para correrla y pararte sin quedar trabado. Medí desde el borde de la mesa hacia atrás y asegurate de que haya margen para mover la silla y circular.
Es el error más común. Si el asiento queda muy alto, te suben los hombros y te quedan las piernas apretadas. Si queda muy bajo, sentís que te hundís y quedás lejos de la mesa. Mirá la diferencia entre asiento y tapa, y buscá que te resulte natural al apoyar brazos y piernas.
Muchas mesas tienen un faldón o travesaño por debajo que reduce el espacio para las rodillas. La mesa puede parecer alta, pero al arrimarte chocás. Solución: medí la altura libre real desde el piso hasta la parte más baja del faldón en el lugar donde van las piernas.
No alcanza con medir la tapa. Las patas importan muchísimo. Si la mesa tiene patas muy “abiertas” o un diseño que invade el lugar donde se sienta la persona, vas a terminar sentándote torcido. Antes de comprar, mirá la ubicación de patas y travesaños como si fuera un “mapa de obstáculos”.
Un asiento muy profundo puede presionar detrás de la rodilla y obligarte a sentarte incómodo, sobre todo si sos de estatura media o baja. La prueba simple es que puedas apoyar la espalda sin que el borde delantero te presione la pierna.
Si es angosto, se siente incómodo y “apretado”. Si es muy ancho, te reduce la cantidad de sillas que entran por lado y te choca con la de al lado. Siempre conviene medir el ancho real total, especialmente en tapizadas que ocupan más volumen.
Los apoyabrazos son cómodos, pero si quedan más altos que la tapa o chocan al arrimar, terminás sentado lejos de la mesa. Medí la altura del apoyabrazos desde el piso y comparala con la altura de la tapa y con la altura libre bajo la mesa.
En fotos todo entra. En la vida real, el espacio de circulación es el que define si el comedor se usa cómodo. El mejor método es marcar con cinta en el piso el espacio que ocupa una silla corrida hacia atrás, y ver si realmente se puede pasar.
Si querés una decisión rápida, chequeá estos puntos:
Para mesas comunes, la mayoría de las sillas funcionan bien con una altura de asiento entre 45 y 50 cm. Lo importante es que, al sentarte, apoyes bien los pies y no te queden las rodillas apretadas contra la mesa.
Como regla práctica, suele ser cómodo que haya entre 27 y 30 cm entre el asiento y la tapa. Ese margen suele dar buen espacio para piernas y una postura natural al comer.
Medí desde el piso hasta la parte más baja del faldón o travesaño, justo donde van las piernas. Esa es la medida real que define si te vas a poder arrimar sin chocar.
Un rango muy habitual y cómodo suele ser de 40 a 45 cm. Si el asiento es muy profundo puede presionar detrás de la rodilla; si es muy corto, puede sentirse con poco apoyo.
Como base, calculá 60 cm por persona. Si las sillas son anchas, tapizadas o con apoyabrazos, conviene considerar 65 o 70 cm para que no queden apretadas.
Tiene que alcanzar para correr la silla y pararte sin bloquear el paso. Si atrás hay circulación frecuente, conviene dejar un margen mayor para que alguien pueda pasar mientras otra persona está sentada.
Medí la altura del apoyabrazos desde el piso y comparala con la altura de la tapa. Si el apoyabrazos queda por debajo o no choca al arrimar, vas a poder acercarte bien. Si no, te va a obligar a quedar lejos de la mesa.
Depende del uso. Para sobremesas largas o si el comedor también se usa para trabajar/estudiar, un respaldo que sostenga bien la zona media de la espalda suele ser más cómodo. En espacios chicos, un respaldo medio puede verse más liviano visualmente y funcionar muy bien igual.
Cuando las medidas están bien, el resto se vuelve simple: elegís estilo, material y color con confianza, porque sabés que la silla va a funcionar en tu mesa y en tu espacio.
Si además querés una guía más completa sobre materiales, estilos y cómo combinar sillas con la mesa, podés leer nuestra guía para elegir sillas de comedor y después mirar modelos en la categoría de sillas de comedor.
Todos los precios están expresados en pesos argentinos (ARS).